Esta es mi historia,
pero podría ser la tuya.

jueves, 30 de octubre de 2014

Déjame que (te) cuente

la historia de esas personas empeñadas en volver.
En volver a algo, o alguien.
En volver a un pasado cada vez más lejano pero más presente. 
Son personas que necesitan recuperar su salvavidas,
aquella persona en la que se refugiaban del frío de la vida. 
Y ahora, no deja de entrar el puto frío.
Tratan de explicarse cómo alguien que les ha querido tanto puede dejar de hacerlo. Y sobre todo, 
cómo puede hacerlo sin que parezca que le importas mientras tú estás ahí, sintiendo un dolor metástasis.
Y el problema es que esas personas, se han perdido.
Y tratan de encontrarse a ellas mismas en alguien.
Porque todo cambia, pero para ti no cambia nada.
Y pasan cosas pero en realidad, no pasa nada. 
Que yo también he estado en ese lado,
que yo también he echado de menos como si de respirar se tratase.
Que yo también he colgado el cartel de aforo completo,
de entradas agotadas y de nadies más. 
Que yo también he recordado y deseado volver atrás.
Que a mi también me han partido la sonrisa, y el corazón.
Que sé lo que es tener a alguien ahí, 
alguien que hace y consigue que sonrías sin ningún porqué.
Y no hablo de amor, hablo de personas,
que es mucho más importante.
Personas que de repente un día, se lo llevan todo, y a todos, salvo a ti.
Hablo de sentirse decepcionado, de ver que alguien ya no está, que pierde fuerza y ganas. Y en cambio, tú sí, tú estás ahí luchando cuando la guerra ya está perdida y amañada. 
Que sé lo que es desconfiar de la vida.
Que yo también abrí un día mi corazón a todos los públicos
y he decidido no volver a hacerlo.
Qué vais a contarle a alguien que ya no escribe, 
o al menos, que ya no escribe sobre las mismas personas.
El problema, 
es que en vez de personas,
casi siempre,
encontramos gente

A veces toca ordenar
y no solo tu cuarto.
Hablo de ordenar tu vida. 
Tu cabeza.
Hablo de quitar esa sonrisa de actriz profesional y sacar la de todos los días del año.
Sé que las noches son duras, 
pero siempre habrá alguien despierto.
Sal a bailar aunque no sea con los mismos zapatos ni con la misma canción.
Pero sí con las mismas ganas, o incluso más.