Esta es mi historia,
pero podría ser la tuya.

martes, 11 de febrero de 2014

Cosas que no pude decir(te)

Hoy he salido a la calle y he vuelto a ver cómo se ondeaba esa bandera que tanto me gustaba.
La he visto moverse delante de mi de una manera tan perfecta que, ni siquiera he podido articular palabra.
He visto como ha sido invadida por otro país que no es el mio. 
He visto como es capaz de sobrevivir al frío del invierno, a la llega de las flores en primavera, al sofocante calor del mes de Julio y por supuesto, al caer de las hojas en otoño. 
Ha traspasado la frontera de mi cuerpo, y se ha instalado en otro.
Y me jode. 
Porque corren tiempos malos. 
Un país en crisis de corazones.

Mi boca te perdió de vista.
Y lo siento, nunca he sido buena en geografía.
Perdida.
Tan perdida que la cabeza me marca el Norte y la piel, me pide que la lleve corriendo al sur.
Y me peleo conmigo misma por tratar de arreglar este desastre.
Porque una parte de mi quiere quedarse, mientras la otra, me suplica que la lleve a la estación a coger un tren solo de ida. 
Perdona mis torpes intentos de apartarte de mi. De apartarte la cara.
Que echo de menos tu sonrisa perfecta, y la risa de niña que provocas en mi.

He conseguido muchas cosas.
Pero nunca, he conseguido que me quisieras.
Yo no quería que escucharas a Goytisolo,
tampoco te pedí que te enamoraras de cada vocablo de un poema de Benedetti.
No quería desayuno con diamantes, ni que me invitaras a cenar.
Ni siquiera pretendía que entendieras de mis idas y venidas, de las vueltas de la vida, y de las vueltas que da mi corazón.
Solo te pedí que me quisieras, y que rondaras por aquí durante mucho tiempo.
Quería que salieras a encontrarme, no a buscarme.
Marcaste dos de dos.
Hiciste pleno, pero al revés. 

Por eso, hoy ya no escribo en mayúscula. 
Mis letras y palabras van en minúscula esperando que alguien las corrija. 
Esta vez yo no salgo en la foto, 
más bien soy quien la echa.

No he venido aquí a enchufar la bombilla de lo que un día fuimos.
No.
No es eso.
Ni tiene que ver que sea Febrero y que estemos llegando a 14.
Nunca vas a entenderme.
Simplemente me he acordado de ti. 
Y de lo mucho que me gustaban tus abrazos.

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